No doy crédito. Sigo anonadado. Pensar que
Paquirrín, el hijo de la coplera y el torero, se está haciendo de oro a costa de contar su vida en plan monólogo, me parece una tomadura de pelo para el resto de los mortales. Esto reafirma mi teoría de que somos un
país de chunda, chunda y pandereta. Eso sí, el niño de mamá, no tiene un pelo de tonto, que se lo está llevando doblado. Increíble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario