Da igual su nombre, edad o sexo. Hace un año, se levantó de la cama y pegó un bofetón a su madre y dos patadas a su abuela. Llevaba seis meses sin ducharse, comiendo a base de hamburguesas y salchichas, sudorando putrefacción. Tenía la extraña manía de comer, siempre, con el mismo tenedor. Era su madre quien tenía que abrir, por imposición, las latas de refresco que ingería.
Trastorno psicótico con sintomatología delirante persecutoria.
El Ministerio Fiscal, en su escrito de acusación, pedía 13 meses de cárcel. Hoy ha sido el juicio.
Hemos conseguido que esos 13 meses de cárcel se transformen en 13 meses de tratamiento psiquiátrico, en 13 meses de control de la enfermedad, en 13 meses de esperanza. Ojalá salga adelante.
Hoy ha sido un buen día
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