Siento el frío. Al salir del portal la respiración se convierte en vaho. Llevo puesto un gorro de lana y una bufanda. El ambiente es húmedo. El frío es húmedo. Se mete en los huesos. Perfora la cazadora y penetra en el interior.
En cambio, el ser bajito, no quiere ni gorro ni bufanda ni nada que le agobie. Con la cazadora basta. Subida, tan sólo, a media cremallera. Un campeón. Sale del portal cantando "unos beben vino, otros aguardiente y los más pequeños, agua de la fuente, sí, sí, sí, los de la banda, los de la banda, sí, sí, sí, los de la banda estamos aquí". Los que no somos de la banda, estamos aquí, pero pelados de frío y añorando la infancia.
Es un placer incomparable el hecho de poder llevarlo todos los días al colegio. Observar cómo camina, los descubrimientos que hace, cómo va creciendo día a día; escuhar las aventuras que me cuenta. No hay sueldo que lo pague.
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