¿PARIDAD?

En la madrugada del sábado al domingo me telefonea un cliente diciendo que ha sido detenido, acusado de un delito de maltrato en el ámbito familiar.
El sábado por la mañana acudió a casa de su mujer a entregar un dinero para élla y para el hijo que tienen en común. Actualmente se encuentran en proceso de separación. Mi cliente quiso que su pareja firmara un recibo conforme le entregaba ese dinero. Ella se negó. Sin justificante no había dinero. Cuando el hombre fue a recoger el papel de la mesa y, el dinero, la mujer agredió al marido, en la mano, con una guía telefónica enrollada. Golpe seco, de arriba hacia abajo. El marido gritó, se cagó en todo lo cagable y con una lágrima rodando por su cara abandonó el que, hasta hace poco, había sido su hogar.
Se dirigió al centro de salud más próximo para que le curaran la mano hinchada y amoratada. Con el parte de lesiones presentó una denuncia por agresión contra su mujer.
Cuando la policía contactó con la esposa informándole que había sido denunciada, ésta, ni corta ni perezosa, se dirige a la comisaría a interponer una denuncia contra su marido porque había procedido insultos y amenazas contra élla.
La policía detuvo al presunto agresor que pasó la noche en el calabozo hasta que el domingo, bien entrada la mañana, fue puesto a disposición judicial. Tras declarar víctima femenina y agresor masculino, este último fue puesto en libertad. En este caso concreto, ¿quién ha sido la víctima? ¿existe, realmente, la paridad?