La reforma laboral aprobada por el PP a golpe de DECRETO, supone el desmantelamiento de las garantías y los derechos laborales, cada vez más mermados, que nos quedaban a las personas trabajadoras tras la infinidad de reformas laborales que han ido minando las conquistas que habíamos logrado a través de años de lucha social.
A favor del consenso y en contra de la imposición. Ya lo dije en su momento, lo peor en democracia es una mayoría absoluta, sea del partido que sea y del color que sea.
Por eso apoyo la huelga general.
Por otro lado, no todo van a ser palos para el gobierno. Los sindicatos mayoritarios tienen unos dirigentes muy impresentables. Son una vergüenza. Cuando su amiguito Zapatero estaba en el poder, no movieron el culo, y eso que debían haberlo hecho para movilizar a la masa social frente a la crisis que tardíamente se reconoció en el anterior ejecutivo. Prefirieron engordar sus barrigas, fumar sus puros y dejar que la inercia generara los más de cinco millones de desempleados que por desgracia están viviendo esta situación.
Por eso no secundo a UGT ni a CC.OO.
Mi huelga no es impuesta por nadie. Mi huelga apoya a los más débiles, los trabajadores, a los sindicatos minoritarios que trabajan día a día con tesón y entusiasmo y no se dejan comprar por nadie, como por ejemplo el Sindicato Ferroviario SF-Intersindical y mi huelga adquiere forma de solidaridad con la gente que está angustiada por no poder estar empleada.
Por otro lado sigo insistiendo en que el problema está en los bancos a los que nadie mete mano. Ayer, uno de mis hermanos quiso abrir una cuenta en el Santander y cuando le dijeron que por abrirla le cobraban 36 euros en concepto de comisiones, les mandó a a tomar por culo. Además de que les iba a depositar dinero para que ellos obtengan más ingresos e intereses, le cobran. Aún por encima, apaleado. Si todos sacáramos el dinero de los bancos................................................
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