Maldigo a google por hacer aparecer tu esquela, siento rabia contenida por no haber podido quedar contigo en estos últimos años, los que han pasado desde la última vez que nos vimos. Por los mails que no me devolvías, por tu número de teléfono móvil que no pertenece a ningún abonado. Dejas un vacío que siempre será llenado por los recuerdos y por el cariño que tanto nos unió en su momento. Hasta siempre, Towanda.
Ana, gracias por la llamada y por el consuelo y por tus palabras.
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