Fueron tantos años, tantos los buenos momentos, tantas las risas, tantos los amigos que cuando el otro día llegué con Miña Lúa para rememorar tiempos pasados y tus puertas estaban cerradas, sentí un tremendo vacío.
Si algún día me sugieren un nombre para un garito no dudaré en dar el tuyo. Hasta siempre a un pedazo de mi historia.
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