Este Atleti de mis amores se ha convertido, con el paso de los años y de la familia Gil, en un equipo absurdo que corretea por todas las competicones como pollo sin cabeza, con entrenadores de chichinabo y jugadores sin sangre y que cobran una auténtica fortuna por dedicarse a caminar por los estadios vistiendo una elástica que no sienten porque no la han mamado desde pequeños, porque no saben lo que es ir al Calderón, domingo sí domingo no, y llorar, sufrir, reir y volver a llorar, y caer y levantar y volver a caer y levantar de nuevo. Eso sólo lo sabe la afición, los que sentimos estos colores y esta pasión rojiblanca como una forma de vida, como una religión. Los mafiosos gilistas no podrán con esta afición que representa al verdadero Atleti, aquél Atleti que me enseñó mi padre y mi tío, la filosofía de vida que me inculcaron desde que nací. Y sobreviviermos a los giles y a su pésima gestión que está convirtiendo a mi equipo en el hazmerreír mundial. Los aficionados siempre estaremos por encima de esta gentuza de directivos, representantes, directores deportivos y jugadores mediocres.
Siempre Atleti!!!
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