El año que viene bajará el paro. El año que viene los bancos abrirán el grifo del crédito y las hipotecas costarán bien poco. El año que viene no habrá apenas listas de espera en los hospitales y los niños tendrán los colegios al lado de casa.El año que viene no habrá una Liga en la que 18 comparsas entretienen a dos equipos. El año que viene el reparto del dinero de la televisión será más justo y equitativo, en función de los méritos. El año que viene no habrá un campeonato de mentira en el que la toda emoción es comprobar si un argentino o un portugués meten 200 goles a unas defensas de plastilina. El año que viene el antaño tercer equipo de España trazará unas líneas maestras en cuanto a planificación deportiva en un proyecto a largo plazo. El año que viene no se ficharán a jugadores cedidos ni acamparán junto al Calderón agentes que pagan de móvil 20.000 euros al mes. El año que viene los jugadores no jugarán donde quiere Jorge Mendes.
El año que viene se pondrán fin a 26 años de despropósitos en la presidencia bicefala de un sentimiento sin norte. El año que viene habrá una plantilla hecha con gente de la casa y superclases que vienen a mejorar lo que hay. El año que viene no se clasificará el equipo para una competición de pacotilla como la Europa League y no nos echarán equipos de inferior categoría en la Copa del Rey. El año que viene se dirán adiós a las pifias y los penaltys absurdos, a los partidos perdidos fuera de casa por sistema, a la decepción como una rutina que ya no duele, al desencanto perpetuo. El año que viene se recuperará el lugar perdido en la Liga y se cortará toda la erosión y el deterioro de la marca Atlético de Madrid. El año que viene va a ser un gran año. El año que viene miles de padres arroparán a sus hijos y les dirán antes de apagar la luz: "Campeón, hoy tu Atleti le ha ganado al Madrid".
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Publicado en el diario EL MUNDO. autor: Javier Caballero. Sección: BLOGIBLANCO
Rafeca, gracias por el envío!!
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