Observo, estupefacto, la fotografía del etarra desnutrido. No siento lástima. Siento una terrible y profunda aversión hacia ese tipo parecido al detestable personaje del Señor de los Anillos. Un ser que ha cometido la friolera de veinticinco asesinatos, que ha sido condenado por ello y que, además, no muestra el más mínimo arrepentimiento.
Lo único que se me ocurre es una chanza, cual es que este año, el pobrecito, no va a poder participar en la Pasarela Cibeles. En este evento se han puesto muy serios con lo de las mini-tallas.
En fin, el refranero español es muy amplio y aquí podríamos aplicar el que a todo cerdo le llega su San Martín.
Pues eso.
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