Hace un tiempo pensaba que la esclavitud había sido abolida. También hace un tiempo que me desengañé de esa utopía. Aparte de los trabajos sin horario y muy mal pagados, somos esclavos de las nuevas tecnologías.
Hoy he recibido un terminal de teléfono móvil que sustituía al anterior, el cual me había estado dando problemas.
A la hora de grabar la agenda en el nuevo teléfono, ignorante y torpe de mí, no se dónde he pulsado, pero he borrado todos y cada uno de los números que tenía en la misma. (Escribiré cien veces "no volveré a pulsar la trecla que indica sobreescribir")
Este hecho me ha crispado bastante, pues no los tenía grabados en ningún otro sitio.
Al final ha podido recuperar unos cuantos de otro teléfono que había por casa, pero no llegan ni a la mitad.
Habremos de hacer tarea recopilatoria.
Sin tarjeta sim no somos nadie.
Pues eso.
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