Paseo por el Canal de Castilla en el barco Antonio de Ulloa y tras tres horas de navegación hasta la séptima esclusa, un merecido cochinillo (a falta de lechazo) en un reservado para la marabunta del Restaurante La Rúa, en Medina de Rioseco. Pobre Monra con la experiencia!!!!
Por la noche, charla sobre el reparto de labores domésticas; de madrugada, en cuentros en el pasillo y domingo de paseo por el centro tomando tapas con Julio, Sote y las tres magníficas criaturas que se sumaron a las siete ya existentes.
Desayunos inconmensurables y el placer de compartir con los amigos buenas risas, buenos momentos y buenas conversas. Gracias a los Saconitas y a los Palominos. Brindo por que volvamos a repetir la experiencia y que se unan los que esta vez no han podido hacerlo.
Estos sí que son los verdaderos placeres de la vida y hay que disfrutarlos, paladearlos, porque siempre dejan un buen sabor de boca.
Nos vemos entre mayo y junio!!!!!
P.S. Espero que a la tercera vaya la vencida y durante la próxima visita pueda conocer personalmente a Sánchez Bolín. Esta vez me he vuelto a quedar con las ganas.
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