Ha muerto la bruja mala de los cuentos infantiles. Aquélla que robaba los niños a sus madres para dárselos a otras personas, aquélla que jodió tantos hogares y destrozó a tantas familias. Era monja, Sor María se llamaba. La pena es que ha muerto sin poder ser juzgada por la Justicia material, ahorá será juzgada, según sus creeencias, por la Justicia divina. Ojalá salga condenada y vaya al infierno de los creyentes.