Hace ya algún tiempo que quiero dedicar unas líneas a "Aurelita", mi sindicalista favorita.
Esta es una persona a la que quiero con locura. Una buena amiga, quizás la mejor después de miña lúa. Es un verdadero placer hablar con ella, aunque sea una vez por semana. Siempre está ahí.
Comparto muchas de sus ideas, pero cuando hablamos de política me gusta ponerme en el lado contrario. En ese instante la conversación se tensa, la locuacidad se agudiza y he de reconocer que me lo paso en grande.
Es funcionaria y me rio de ella cuando manifiesta su "stress laboral".
-Es que no te puedes hacer idea lo duro que es corregir exámenes.
-Jua, Jua, Jua. ¿Y lo duro que es tener casi cuatro meses de vacaciones al año?
Pero en el fondo, siento una insana envidia y pienso "¡qué cojones! Se lo ha ganado. Han sido seis años de oposiciones, estudiando, dando clases, levantándose a las 5 de la mañana para coger el AVE a Puertollano. Se merece todo lo bueno que le ocurra.
Eso sí de cine, no tiene ni idea. Es la persona que me recomendó ver " pequeña miss sunshine". Ya me vengaré.
Está sacando tiempo para ir a correr un par de veces por semana. A finales de año tiene la intención de participar en la San Silvestre vallecana. Seguro que lo consigue. Si no ha sido jueza ha sido porque no le ha dado la gana. El reencuentro y ella han heredado la inteligencia y la facilidad, mientras que sombrita y yo somos más de hincar los codos, de esfuerzo y constancia para sacarlo raspado.
Por cierto, ayer me llamó el sombrita para decirme que ha sido ascendido a director comercial de su empresa. Me alegro un huevo. También se merece todo lo bueno. Se ha retomado la relación que actualmente es muy buena. Han habido cambios que son de agradecer. Espero tener en el sombri el amigo que tengo en el reencuentro.
Estoy muy orgulloso de todos ellos, a los que quiero con locura.
Pues eso, que me hacía falta decíroslo.
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