"A Winarou Landgreen le gustaba el mundo de la noche. Copas, coca, pastillas y burdeles. Conocía todos y cada uno de la región.
Winarou Landgreen fue detenido por los de verde cuando portaba, en su flamante BMW, un pequeño alijo de" harina" (fariña) que pesaba algo más de un kilo.
Se libró de todos los cargos sin que dichos cargos se hubieran llegado a plantear en el Juzgado. La influencia de su tito, el alcalde de "La Redonda" y de su tita, la alcaldesa "3,1416ta", evitó que la "gamberrada" fuera a mayores.
Winarou Landgreen, conoció a una prostituta, mulatita y extranjera, que le volvió loco de "amor". Con la influencia de los titos y su dinero, obtenido de aquella manera, sacó a la mulatita y al hijo pequeño de ésta, del infierno de la prostitución para meterla en el infierno de "La Redonda", en la casa de Winarou Landgreen.
Pronto comenzaron los desprecios, las amenazas, los insultos, las palizas.
Si denunciaba, la mulatita se vería de nuevo en la calle y sin el trabajo que le habían conseguido los titos en una fábrica. Era amenazada con ser deportada a su país de origen. No sabemos si por amor o por temor, nunca lo denunció......
Winarou Landgreen seguía haciendo su vida de narco a pequeña escala, recorría los prostíbulos para probar el nuevo género y practicaba el boxeo, al llegar a casa, con su sparring favorita .
Cuando se enteró que la mulatita estaba embarazada, lo celebró agrediéndola con un certero puñetazo en la nariz.
Los insultos, las amenazas y las patadas seguían siendo norma habitual durante el embarazo de la interfecta.
La mulatita era amenazada por la tita alcaldesa con que si denunciaba le quitarían la custodia del hijo que ya tenía y no conocería al que estaba esperando
Un día, durante el octavo mes de embarazo, Winaroo Landgreen llegó a su casa más cocido de lo habitual. La patada, directa al vientre, fue tan brutal, que la mulatita, a duras penas pudo escapar, arrastrándose, para dirigirse al hospital.
Perdió el bebé que estaba esperando.
Winarou Landgreen fue denunciado. Por arte de magia e influencias políticas de los titos, el apoltronado alcalde de "La Redonda" y de su consorte "3,1416ta", el cuerpo del bebé fue incinerado antes de que se pudiera practicar la autopsia, que hubiera implicado al sobrino y mancillado el buen nombre de la familia.
A día de hoy los titos siguen gobernando, de forma mediocre y dictatorial, en "La Redonda"; Winaroo Landgreen en paradero desconocido y la mulatita con su hijo pequeño en algún lugar del mundo intentando ganarse la vida y cicatrizando las heridas del cuerpo y del alma.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado".
A veces, la realidad, supera a la ficción.
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