El matrimonio se marcha feliz a una boda en Madrid. Fin de semana de novios. Dejan al adolescente de quince años en casa de sus tíos y, a disfrutar.
Cuando el matrimonio regresa de la boda se encuentra con la desagradable sorpresa.
-¡Nos han entrado a robar en casa!
- No te preocupes, cariño, que aviso al cabo López, de la Guardia Civil, que es amigo mío, de la infancia.
-López, buenas noches, soy Míguez. Verás, es que nos entraron a robar en casa.
-No toquéis nada, ¿tenéis algún sitio donde ir a pasar la noche?
-Sí, en casa de mi hermana, donde hemos dejado a Juanito el fin de semana.
-Bien, pues iros allí, que en seguida os mando al cuerpo de criminología para que tomen huellas dactilares e investiguen todo. ¿Sóis conscientes de lo que se han podido llevar?
-Pues, a primera vista, una caja fuerte con cinco mil euros y unos pagarés por valor de dos mil. También se han llevado una C.P.U. de mi hijo, pero han dejado dinero que también teníamos en la cocina, la tele de plasma, el DVD grabador, la play del niño, la cadena de música, dos I-Pods, ¡qué raro!, ¿no?
-Tranquilo, déjame tu número de móvil y te llamo para comunicarte resultados.
Tras una ardua investigación, el cuerpo de criminólogos de la Guardia Civil observa que no hay huellas dactilares extrañas, que el cristal roto de la ventana ha sido forzado de una manera poco habitual, que no es normal que tan sólo se hayan llevado la caja fuerte y la C.P.U. y tampoco es habitual el orden milimétrico con que se han desordenado todas las habitaciones de la casa.
Siguen con la investigación hasta que por fin descubren al supuesto ladrón.
-Papá, ha sido sin querer. Yo sólo quería el dinero para comprarme una moto.
Balbuceó el chaval.
-La caja fuerte la quemamos en el monte en cuanto pillamos la pasta. Los papeles que había dentro (por los pagarés) también. La C.P.U. se la llevó un amigo, porque con el dinero del seguro me comprábais un ordenador nuevo. De los euros que cogimos faltan setecientos porque en la fiesta del pueblo, en un puesto de la feria, compramos dos mini-motos.
El padre iba mudando la cara por momentos durante las casi cuatro horas que tuve que asistir a esta declaración. Al menos pudo recuperar parte del dinero robado, aunque como bien manifestó:
-El dinero es lo de menos.
Que iluso que eres San Simón, está clarísimo que el culpable fue el cabo López , con ese nombre tan clásico... conchabado con el padre que no tenia un duro en la caja y con el montaje del robo blanquea 7000 € de vellón.. y encima inculpa al rapaz, que confesaría bajo tortura. Animo chaval…estoy contigo.
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