Y justo ayer, en el preciso momento en que Diego Forlán marcaba un golazo en la Catedral, venía al mundo el niño con nombre de mes estival, con tres kilos y doscientos cuarenta gramos de peso. ¿Será un presagio? ¿Un atlético más, quizás? Enhorabuena a Eva y Rafa. Estoy convencido que van a ser unos padres excelentes. Desde la lejanía en la distancia y cercanía del corazón os mandamos un abrazo inmenso que nos daremos personalmente estas Navidades.
Estas son las buenas noticias que hacen que la vida, a pesar de los muchos avatares, siga siendo maravillosa.
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