martes, noviembre 28, 2006

COMIDAS NAVIDEÑAS

Recuerdo la época en que trabajaba para la gran empresa. Justo por estas fechas comenzaban las comidas de confraternización con los proveedores. Todo el año poniéndonos a parir, discutiendo hasta la última peseta, el último detalle de la colección, entregas de pedidos, etc, etc, pero llega la Navidad y se acabaron los malos rollos. Buenas caras, buenos restaurantes, buenos manjares, poca desconexión y pocas comidas divertidas.

Aún así, tal día como hoy, tuvimos comida con unos proveedores a los que recuerdo con mucho cariño. Buena gente. Nati, Rafa y E. Medina.
Por nuestra parte acudimos mi querido adjunto, el abuelo ("Jesús, pero no soy Dios"), la niña de Pozuelo, ojitos lindos y yo.
Mesa rectangular, sin cabecera y todos entremezclados a lo largo de la misma. A mi derecha estaba sentado E. Medina y justo enfrente suya mi querido adjunto.
En un momento determinado de la comida, me descalzo. Sigo comiendo y, disimuladamente, planto el pie, por debajo de la mesa, en el paquete de mi querido adjunto.
Con el rabillo del ojo observo cómo, de repente, se atraganta, suelta los cubiertos, su cara se pone de color rojo y se queda atónito, dirigiendo una mirada indescriptible hacia E. Medina, el cual en ese instante le estaba siguiendo la conversación, mirándole fijamente.
No pude aguantar la risa mucho tiempo más y, al final, una vez hubo contado lo sucedido, ante el silencio del resto de comensales por la extrañeza de la reacción, las risas se escucharon en todo el restaurante.

Hay comidas que siempre nos quedarán en el recuerdo.

Para todos ellos felices fiestas y buena compra de ALMAX.

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