viernes, noviembre 17, 2006

UCO

Algunas veces la vida nos da la oportunidad de encontrar seres excepcionales y, además de conocerlos, compartir con ellos parte del camino.
Tal es el caso de Uco, mi "padrino", a la par que gran amigo. Un tipo que a día de hoy cuenta con setenta y un años a sus espaldas y que ha sabido disfrutar a tope. Cántabro (cantabrón) de nacimiento, muy joven tuvo que emigrar a Filipinas. Había que buscarse la vida, y esa vida le concedió el lujo de enamorarse de mi madrina, Tamen, con la que todavía sigue casado y, bien casado. Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer y en este caso es cierto. Sienten adoración el uno por la otra y viceversa (agúm y aguna). A veces, entre ellos, cuando no quieren que nos enteremos de la conversación hablan bicol, una corrección al tagalo.

Uco es un ser humano de naturaleza excepcional. A su edad, el abuelo, recorre, prácticamente todos los días, entre veinte y cuarenta kilómetros con su bicileta, además de jugar sus dieciocho hoyos al golf(o como él bien dice, estar trabajando en la huerta). Sábados y domingos se hace entre cincuenta y setenta kilómetros con la bici, por eso de ser fin de semana. Después de ésto, come como el que más, se toma sus cubatas de ron en vaso de "pinta" y se fuma un par de puros habanos mientras juega la partida de "flor" en su Peneda natal.

Andrea, María, Laura, Sara, Tania y Jara se vuelven locas con su "abu" del alma, eso sí, sin dejar de sentir esa misma locura por la madrina (bita).

Uco tan solo tiene un defecto, ser del Real Madrid. No se puede tener todo bueno.
Echo mucho de menos esas meriendas de antaño (sotanjum, floating island, patatada con piquillo, etc, etc) viendo los enfrentamientos de su equipo contra el mío, a veces en el Bernabeu, a veces en el Calderón.
Recuerdo que siempre que íbamos al "Cornabeu", cuando terminaba el partido de turno, al subir los cuatro en el ascensor, el "abuelo ranita", siempre soltaba una sonora ventosidad dejando el rastro para el siguiente que entrara.

Ahora mismo estoy viendo una foto que tengo en el despacho con Uco sosteniendo su sempiterno cubata y al "rana" con su copa de rioja, agarrados, pasándose ambos el brazo por encima del hombro.

¡Qué tiempos aquellos!

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